La tuberculosis es una enfermedad frecuente en nuestro país. Durante el año 1997 la tasa de enfermedad tuberculosa en España fue de 23,59/100.000 habitantes (1), en Vizcaya de 37,5/100.000 habitantes (2) y de 31,5/100.000 habitantes en la comarca interior de Vizcaya, con una población de 272.925 habitantes, comarca que atiende el Hospital de Galdakao. La OMS y los CDC de EE.UU. estiman un incremento de la incidencia de tuberculosis del 36% y el 58% en los años 2000 y 2005, respectivamente (3). Además del aumento numérico de los casos, la aparición de cepas con multirresistencia a los fármacos tuberculostáticos es un problema mundial importante (4, 5). Esta situación nos obliga a un control riguroso de la aparición de resistencias, por lo que hemos revisado la situación en nuestro medio durante el periodo de enero de 1996 a diciembre de 1997. Estudiamos la sensibilidad de 110 cepas de Mycobacterium tuberculosis a isoniazida, rifampicina, etambutol y estreptomicina por el método de las proporciones de Canetti, en medio de Lowenstein-Jensen, y a la pirazinamida por el método radiométrico Bactec®. Estas cepas procedían de 110 pacientes (76 hombres y 34 mujeres) de 17 a 92 años de edad (X = 41,3, DE = 19,1), con una prevalencia de anticuerpos anti-VIH del 16,4%. El origen de las muestras fue en 93 casos (84,5%) secreciones del aparato respiratorio, en 6 (5,4%) líquido pleural, en 4 (3,6%) orina, en 3 (2,7%) adenopatías y en 1 (0,9%) líquido ascítico, heces, biopsia ósea y endometrio, respectivamente. El cuadro clínico fue pulmonar en 99 casos (90%), diseminado en 5 (4,5%), genitourinario en 4 (3,6%) y de otras localizaciones en 2 casos (1,8%). Tres pacientes habían recibido tratamiento con isoniazida, rifampicina y pirazinamida y uno quimioprofilaxis con isoniazida. Sólo encontramos tres cepas con resistencia aislada a la isoniazida (sensibilidad global del 97,3%): dos (1,9%) entre las 106 cepas procedentes de pacientes sin antecedentes de consumo de tuberculostáticos (resistencia primaria) y una (25%) entre los cuatro pacientes con tratamiento previo (resistencia secundaria) (X2 = 2,6; p >0.05). El número de pacientes con tratamiento previo es demasiado pequeño para extraer conclusiones sobre la resistencia secundaria en nuestro medio. La resistencia primaria detectada (1,9% de las cepas con resistencia aislada a la isoniazida) es baja si la comparamos con lo publicado en otras zonas de nuestro país: 3,2% a isoniazida, 0,9% a rifampicina, 1,8% a etambutol y 4,6% a estreptomicina en la ciudad de Barcelona (años 1995 y 1996, 218 cepas) (3); 3,3% a isoniazida y 0,6% a isoniazida más etambutol en Palma de Mallorca (años 1992 a 1996, 179 cepas) (5); 5,1% a isoniazida, 1,7% a rifampicina, 2,4% a estreptomicina, 1,7% a pirazinamida en Valencia (años 1993 a 1996, 695 cepas) (7). Nuestra resistencia primaria es similar a la comunicada por otros autores en Madrid (años 1980 a 1992, 565 cepas), que informan de una resistencia primaria a isoniazida del 1,6%, aunque también encuentran resistencia primaria a rifampicina (0,9%), estreptomicina (1,1%), etambutol (0,3%) y pirazinamida (0,2%) (8). Concluimos que la resistencia primaria es baja en nuestro medio, que es necesario revisar un mayor número de casos para conocer la resistencia secundaria real y que es importante seguir manteniendo un estricto control sobre la aparición y evolución de las resistencias en M. tuberculosis. BIBLIOGRAF�A
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