Rev Esp Quimioter 2011:24(2):67-73
Farmaecología
J. GONZÁLEZ, A. ORERO, V. OLMO, D. MARTÍNEZ, J. PRIETO, J. A. BAHLSEN, F. ZARAGOZÁ, J. HONORATO
Dos de los rasgos más característicos de las sociedades occidentales en el último medio siglo ha sido la medicalización de la vida entera y la degradación del medio ambiente. La primera ha llevado a plantearse el uso de los medicamentos en términos de uso racional, razonable y razonado. La segunda, a una nueva conciencia ecológica.
En relación al “sistema social humano” los efectos de los medicamentos se pueden considerar como muy positivos en su conjunto, especialmente en lo que se refiere al aumento espectacular de la esperanza y la calidad de vida de las personas. Pero, junto a los indudables efectos beneficiosos, los medicamentos también han provocado algunos efectos negativos para otros sistemas bióticos y abióticos, como son las alteraciones microbianas y los efectos indeseables derivados de las mismas que han supuesto el empleo masivo de antibióticos en medicina y veterinaria, la eliminación incontrolada de millones de dosis de todo tipo de fármacos, aditivos y excipientes, etc., así como la contaminación atmosférica y la degradación de bosques y fondos marinos que han podido provocar la investigación y fabricación de determinados fármacos. En este contexto nace la farmaecología como disciplina científica que estudia la investigación (I), desarrollo (D), producción (P) y empleo (E) de los medicamentos y sustancias medicinales en su relación con el medio ambiente. En cuanto al empleo de los mismos, la farmaecología tiene su desarrollo en tres contextos fundamentales, íntimamente relacionados entre sí: la calidad de prescripción, la atención farmacéutica y la activación del paciente en su enfermedad y tratamiento.
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