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Rev Esp Quimioter 2019; 32(Suppl.1):62-66


Fosfomicina en los programas PROA

ELENA MÚÑEZ RUBIO, ANTONIO RAMOS MARTÍNEZ, ANA FERNÁNDEZ CRUZ

Debido al aumento de las resistencias bacterianas se han desarrollado estrategias, como los programas de optimización de tratamientos antimicrobianos (PROA), para mejorar los resultados clínicos, disminuir los efectos adversos, el desarrollo de resistencias y garantizar terapias coste-efectivas. La fosfomicina tiene un único mecanismo de acción frente a bacterias grampositivas y gramnegativas, siendo la resistencia cruzada poco frecuente, aunque en infecciones graves es necesaria su utilización en combinación para evitar la selección de mutantes resistentes. Su formulación oral facilita el tratamiento secuencial
y tiene escasa toxicidad. Tiene una alta penetración en tejidos, incluyendo SNC y hueso. Presenta actividad frente a bacterias grampositivas resistentes como Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM), enterococos resistentes a vancomicina y Streptococcus pneumoniae resistente a penicilina, y bacterias gramnegativas resistentes como enterobacterias productoras de β-lactamasas de espectro extendido y carbapenemasas. Por lo tanto, es útil en casos de bacteriemia persistente, infecciones de piel y partes blandas, como fármaco ahorrador de glicopéptidos y carbapenémicos en infecciones asociadas a cuidados sanitarios o para infecciones polimicrobianas. Se han publicado estudios que demuestran la sinergia entre fosfomicina y β-lactámicos, daptomicina o glicopéptidos frente a SASM y SARM y con linezolid en infecciones asociadas a biopelículas, y aminoglucósidos y colistina frente a gramnegativos con un efecto nefroprotector.

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