Rev Esp Quimioter 2012:25(3):206-215

Impacto de anfotericina B liposomal en la función renal en pacientes críticos con la función renal deteriorada                              
 

F. ÁLVAREZ-LERMA, M. C. SORIANO, M. RODRÍGUEZ, M. CATALÁN, A. M. LLORENTE, N. VIDART, M. GARITACELAYA, E. MARAVÍ, E. FERNÁNDEZ, F. ALVARADO, M. LÓPEZ, B. ÁLVAREZ-SÁNCHEZ, J. ESPINOSA, E. QUINTANA AND THE STUDY GROUP OF LIPOSOMAL AMPHOTERICIN B IN THE ICU         

Objetivo: Evaluar la tolerabilidad de anfotericina B liposomal (L-AmB) en pacientes críticos con concentraciones elevadas de creatinina sérica (Cr) (> 1,5 mg/dL) al inicio del tratamiento con L-AmB.
Métodos: Estudio retrospectivo, multicéntrico y comparativo de dos cohortes de pacientes críticos tratados con L-AmB durante tres o más días, que se diferenciaban según el nivel de creatinina al inicio del tratamiento. Se estableció como punto de corte un valor de Cr de 1,5 mg/dL. Se excluyeron los pacientes con técnicas de depuración extrarrenal antes o 48 horas después del inicio de L-AmB. La variable principal fue la diferencia
entre el valor de creatinina al final comparado con el inicio de tratamiento con L-AmB. Otros parámetros secundarios fueron: abandonos relacionados con el tratamiento, necesidad de técnicas de depuración extrarrenal (TDE) y acontecimientos adversos graves (AAG) relacionados con el tratamiento. Se recogieron datos demográficos, enfermedad subyacente, motivo de prescripción, factores concomitantes de riesgo de nefrotoxicidad y estado vital al alta de UCI y del hospital.
Resultados: Se reclutaron 122 pacientes en 26 UCI (Cr > 1,5 g/dL, n= 16; Cr normal, n= 106). Los motivos principales por los que se indicó L-AmB en ambos grupos fueron el amplio espectro y la presencia de inestabilidad hemodinámica. Se administró como tratamiento de 1ª línea en el 68,8% de los pacientes con Cr elevada y en el 52,8% con Cr normal. La puntuación APACHE II al ingreso en UCI fue 25 en pacientes con Cr elevada y 17 en aquellos con Cr normal (p< 0,001). La duración del tratamiento con L-AmB fue 16 y 12 días en pacientes con Cr elevada y normal y una dosis media de 3,5 vs 3,9 mg/kg/día. El uso concomitante de otros fármacos nefrotóxicos, la tasa de mortalidad, y la estancia en UCI y hospitalaria fueron similares en ambas cohortes. En los pacientes con función renal alterada al inicio de L-AmB se observó una reducción absoluta de Cf-Ci de 1,08 mg/dl (P<0,001). La Cr bajó a valores normales en el 50% de los pacientes, descendió pero sin llegar a valores normales en el 37,5% y sólo se elevó en 1 (6,25%) paciente. En ningún paciente se suspendió L-AmB por nefrotoxicidad ni se precisaron técnicas de depuración extrarrenal. No se reportaron AAG relacionados con el tratamiento.
Conclusiones: El tratamiento con L-AmB en pacientes críticos con función renal deteriorada tuvo un impacto mínimo en la función renal. L-AmB puede utilizarse para el tratamiento de infecciones fúngicas en pacientes críticos independientemente.
 

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